CREMA FACIAL A BASE DE MANTECA DE KARITÉ Y ACEITE DE ROSA MOSQUETA

La siguiente crema facial es una crema base de uso preferente diario, dado que es posible utilizarla de continuo por la gran versatilidad de los ingredientes que forman su composición. Esta base se elabora con manteca de karité, que como base de una crema aporta múltiples propiedades y beneficios a la hora de tratar las pieles secas, delicadas, y afectadas de dermatitis.

Esta base de crema se podría preparar también, por ejemplo, con una manteca de cacao o de mango. Personalmente, prefiero utilizar el karité porque mi piel es más bien seca y el karité es muy nutritivo, además de agradecido, pues es una manteca que la reservo durante meses sin que llegue a enranciarse.

El karité, que compramos totalmente sin refinar porque conserva mejor sus propiedades, es un excelente regenerador celular. Es muy rico en vitaminas A y E, que ayudan a equilibrar, hidratar y calmar la piel, y vitamina F que ayuda a revitalizarla. También nos proporciona una dosis extra de colágeno que nos ayudará a luchar contra los típicos signos de envejecimiento como pueden ser las arrugas e imperfecciones en nuestra piel. Su textura en un primer momento es como de cera, pero al entrar en contacto con el calor corporal se convierte en aceite, siendo así un producto muy sencillo y agradable de aplicar en cualquier parte del cuerpo y que nos hidratará de una manera ecológica y totalmente natural.  En cuanto a su aspecto, tiene un color blanco amarillento si está sin refinar, pues contiene mucha vitamina A. La refinada pierde pues parte de sus propiedades.

El segundo componente básico de esta crema es el aceite de rosa mosqueta. Este aceite es anti manchas y regenerador cutáneo, ayudando a eliminar cicatrices y marcas. Por esto mismo, se utiliza también en el tratamiento de quemaduras, escoceduras del pañal en bebés, ulceraciones y estrías del embarazo. Y, es sin duda, un preventivo de las líneas de expresión y del envejecimiento prematuro.

La manteca de karité es muy fácil de combinar con otros aceites e ingredientes. Basta con calentarla un poco al baño María (en verano no es tan siquiera necesario porque el karité, a partir de cierta temperatura, amalgama perfectamente con el aceite) y añadirle el aceite que prefiramos para tener en 10 minutos una crema estupenda para usar a diario.

De hecho, normalmente, tomamos unos 30 gr de manteca de karité que (en invierno) calentamos mínimamente al baño María para que no pierda sus propiedades y a la que le añadimos el aceite de rosa mosqueta, unos 15 ml máximo. Por último, le agregamos un aceite esencial de tratamiento (basta con unas 10 gotas, pues como sabéis los aceites esenciales son muy potentes).

Esta crema base la hemos utilizado mucho con los aceites esenciales de romero y tomillo (5 gotas cada uno) durante las fases de crisis atópica, con eccemas, etc. Sin embargo, con estos aceites esenciales solo es recomendable utilizarla de manera puntual pues se trata de aceites esenciales antisépticos y antibacterianos con fuertes capacidades biocidas que no es recomendable utilizar de continuo. Y es que, como ocurre con un antibiótico convencional, nuestro sistema inmune se acostumbra y cuando el antibiótico es necesario frente a una crisis infecciosa real, ya no tiene el mismo efecto.

Por eso, en nuestra rutina facial diaria, utilizaremos esta crema base con un aceite esencial regulador que podamos ir alternando tras unos meses de uso continuado. En nuestro caso, utilizaremos aceites esenciales reguladores del sebo, que por lo demás, funcionan bien con todo tipo de pieles. Serán los AE de:  sándalo, incienso, ylang ylang, geranio y, sobre todo, rosa damascena, que es un gran regulador hormonal y de la capa lipídica piel.

Nuestra recomendación es que, si tenéis dermatitis atópica y os salen eccemas; la utilicéis a diario como crema básica combinada con el aceite esencial de sándalo, por ejemplo. El aceite de sándalo, al igual que los de jengibre o neem, tiene propiedades antibióticas selectivas. Es decir, este aceite insta a nuestro sistema inmunológico a repeler los virus y bacterias, pero a respetar la flora microbiana buena que nuestro intestino y nuestra piel necesitan. Es por eso que esta crema puede ser una opción muy buena como crema de mantenimiento. Como sabemos, en el caso de que aparezca un brote o crisis, contamos con opciones más fuertes para controlarlo. Bien, con la crema básica y los AE de tomillo y romero, bien añadiendo a la crema básica unas gotas de plata coloidal, o incluso de aceite de neem.

Si vuestra piel es normal, los AE de jazmín, nerolí, o lavanda son grandes regeneradores e iluminadores faciales.

Si vuestra piel es grasa, pero no sufrís de acné, tal vez queráis probar con la receta de la crema facial de rosas que es muy hidratante y no deja la piel en absoluto grasa o aceitosa.

Si sufrís de acné, tal vez una mascarilla facial purificadora de arcilla pueda seros más útil. Os recomiendo que utilicéis aceites esenciales antisépticos y purificadores como los de árbol de té, romero y salvia.

En este caso, para hidratar y purificar vuestra piel, tal vez sea más interesante que utilicéis un oleogel en vuestra rutina diaria.

LOS OLEOGELES se aplican con la yema de los dedos masajeando con suavidad. Es conveniente que los envaseis en un frasquito gotero de vidrio pues como no llevan conservantes tienen una caducidad máxima de un mes resguardados de calores excesivos.

Para preparar un frasco de unos 30 ml, necesitaréis:

2 (Tbsp) cucharadas de gel de aloe vera puro (mejor si es natural, o al menos orgánico)

1 (tsp) cucharadita de un hidrolato de vuestra elección (lavanda, salvia, árbol de té, hamamelis, geranio egipcio), o, simplemente de romero infundido en agua.

1 (tsp) cucharadita de aceite de jojoba (es el mejor regulador de las pieles grasas)

5 gotas de uno de los siguientes aceites esenciales: salvia, romero, árbol de té, cedro o, incluso, palmarosa.

Recordad que Tbsp equivale a 15grs; y tsp equivale a 5 grs de contenido (Tbsp= 15grs; tsp=5 grs). Estos términos suelen sustituirse por cucharada sopera o cucharadita.

Bueno, esperamos que os haya gustado esta entrada que es un complemento de la entrada sobre cómo cuidar nuestra piel por dentro y por fuera y de las cremas y preparaciones que podemos utilizar en nuestra rutina facial diaria.

Si tenéis alguna opinión o queréis hacer algún comentario, aquí abajo podéis comentarme vuestras ideas. ¡Gracias de antemano!

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